Sin haber visto la película sueca original, la versión de David Fincher me ha apabullado por su gélida y elegante estética y el ritmo impecable de la trama, adictiva y envolvente hasta su mismo desenlace. Los espectaculares títulos de crédito abren un film impecable, en el que brilla el magnetismo de Lisbeth Salander, uno de los mejores personajes femeninos de los últimos años. Vista el 14 de enero de 2012, Van Dyck Tormes, Salamanca.